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Más allá del estado actual del diálogo entre el gobierno y la oposición

urosaMás allá del estado actual del diálogo entre el gobierno y la oposición

CARACAS – Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas

No soy analista político, por eso más allá del diálogo, me voy a limitar a algunas apreciaciones sobre la realidad actual desde el punto de vista personal, como venezolano y Cardenal Arzobispo de Caracas

Los Obispos, entre ellos el Cardenal Porras, Mons. Padrón y yo, hemos dicho ya que no estamos contentos con la marcha del diálogo por su lentitud y porque especialmente el Gobierno no da señales de credibilidad, al incumplir algunas exigencias, no sólo de la oposición, sino de todo el pueblo venezolano, y que habían acordado sus representantes en la Mesa de Diálogo en la reunión del 30 de octubre:

-Promover la resolución de la grave crisis de escasez de alimentos y medicamentos

-Revisar la situación de las personas privadas de libertad (presos políticos)

-Permitir la actuación constitucional de la Asamblea Nacional, es decir, restituirle su rol constitucional.

-Concordar un calendario electoral.

Un elemento muy importante para calibrar las debilidades de la marcha del diálogo es la Carta del cardenal Parolin, Secretario de Estado de Su Santidad el Papa, que después del Papa es la máxima autoridad de la Santa Sede. Recordemos que la Santa Sede es uno de los acompañantes del diálogo.

En su carta, seria, ponderada y respetuosa, el C. Parolin señala precisamente la omisión en el cumplimiento de esos puntos.

Finalmente

Independientemente de si continúe o no el diálogo, es preciso que:

el Gobierno Nacional comprenda la urgencia de cumplir ese acuerdo del 30 de octubre, y tome las medidas necesarias para resolver la grave crisis política de bloqueo de funcionamiento del Estado por el bloqueo a la Asamblea Nacional, De hecho, el bloqueo de la Asamblea convierte al Gobierno en una dictadura real.
Para ello se debe resolver el problema de los diputados de Amazonas.

También hay que resolver los gravísimos problemas económicos y sociales que agobian al pueblo venezolano.

Atender el clamor del pueblo, que exige la liberación de los detenidos por razones políticas. Hay instrumentos legales para ello.
Por otra parte: es preciso que se tomen las medidas económicas estructurales necesarias para detener la inflación y la devaluación de nuestra divisa.

Es preciso que se eliminen las OLP, que han dado como resultado muchas muertes en varios de esas operaciones, en contra de los derechos humanos y de la vida de muchos inocentes. Buscar otra forma de combatir la delincuencia y proteger al pueblo venezolano.
Repito; hago votos porque el Gobierno cumpla con los acuerdos del diálogo y con las exigencias del pueblo, para que se despeje la grave crisis actual, y se evite una probable tragedia nacional.

Fuente: Revista SIC (Centro Gumilla, Caracas).

Sucumbíos: Retrospectiva 2008-2009

Casi un año antes de que se designara al P. Rafael Ibarguren Sch. EP, como Administrador Apostólico de San Miguel de Sucumbíos (Ecuador), en diciembre de 2009 Monseñor Filipo Santoro, obispo de Petrópolis (RJ), Brasil, llegó a la provincia de Sucumbíos delegado por el papa Benedicto XVI. Se trató de un Visitador Apostólico delegado por la Santa Sede, para que levante un informe sobre la situación pastoral y social de la Iglesia San Miguel de Sucumbíos.

Monseñor Gonzalo López Marañón obispo de la Iglesia San Miguel de Sucumbíos, quien un año antes de la visita de Mons. Santoro ya había presentado su dimisión formal, sostuvo que el Visitador Apostólico mantendría reuniones de trabajo con las diferentes unidades pastorales de la Iglesia de Sucumbíos y con otras autoridades del cantón y la provincia (1).

Se trataba de una especie de exámen que debió pasar la Iglesia de Sucumbíos previo al formal cambio de obispo. Es así que, Mons. Gonzalo López Marañón, durante la visita de Santoro, Obispo de Petrópolis, descartaba a sus «allegados de ISAMIS» que el delegado del papa revele el nombre del nuevo obispo que lo reemplazaría en Sucumbíos, pues, explicaba que esa facultad es exclusiva del papa Benedicto XVI.

De los detalles de la visita apostólica de Mons. Santoro a Sucumbíos, tenemos algunas noticias y eventos parciales o preliminares. Sin embargo, del informe final elaborado por el Visitador Apostólico, Mons. Santoro, poco se sabe y muy pocos son quienes conocen el informe.

No obstante que se estima y se sabe que ese informe del Visitador Apostólico a Sucumbíos sustanció la postura del entonces Prefecto de la romana congregación de Propaganda Fide, Card. Iván Dias, extraoficialmente circulan algunas nociones preliminares de lo que el informe final de Mons. Filipo Santoro debe contener. Entre estas –y otras cosas– cabe mencionar aquí, de momento, lo siguiente (2):

1. El juicio de fondo se apoya en la afirmación de la V Conferencia de Aparecida «estamos ante un cambio de época, y no simplemente una época de cambio» indicando la necesidad de una transformación profunda, no solo de correcciones ocasionales.

2. En el Vicariato de San Miguel de Sucumbíos ha llegado el momento de realizar no solo un cambio, sino que se hace necesaria y urgente una revisión global del camino recorrido; se impone, por tanto, también para esta jurisdicción eclesiástica, un “cambio de época”. Por eso, en el proceso que comenzó hace 40 años, es indispensable un cambio, un nuevo comienzo, un nuevo modelo de Iglesia.

3. Han nacido ministerios instituidos de laicos, llegando a impregnar la sociedad, particularmente al comienzo cuando la fundación de la Iglesia ha coincidido con la fundación de la sociedad. (…) El trabajo social ha sido el aspecto dominante desde el año 70 hasta el 81.

Todo este fervor es llevado adelante pero según una concepción que privilegia la acción social a favor de los pobres sobre el anuncio puro y simple del Evangelio. Se daba énfasis a los laicos y al trabajo de la comunidad y de los ministerios laicales, dejando a un lado, sea por criterio, sea como praxis el ministerio ordenado y la vocación a la vida consagrada. Todo según los rigurosos cánones de la teología de la liberación.

Se ha constatado que el cuadro de laicos que ha producido todo este proceso, durante 40 años, ha envejecido y no ha sido renovado.

4. «También para la Iglesia de Sucumbíos, la urgencia no es hacer cosas en el campo social y algunas otras cosas en el campo de la evangelización, sino partir de Cristo y hacer posible hoy el encuentro con el Señor, con la fascinación y estupor con que le han visto los primeros apóstoles, Juan y Andrés “¿Maestro, dónde vives?” (…) El punto central (…) que da validez a todo lo demás, es la “centralidad de la fe.”

«No [se trata de solo] enseñar cosas sobre Cristo. Ayudar a encontrarse con Él. Dar testimonio explícito de Cristo. Anuncio explícito de Cristo, sin limitarse a la acción social al estilo de una ONG».

La comunidad, los ministerios, los grupos deben existir en función de la misión, del anuncio explícito de Cristo, superando la división entre evangelización y acción social”.

5. “Se impone la opción por la pastoral vocacional, específicamente por el ministerio sacerdotal y la vida consagrada” “no puede haber vocaciones sacerdotales si falta estima por el sacerdocio, y entonces no hay diferencia entre tener sacerdote o no tenerlo

6. «Urge la formación de un seminario. Corregir algunas arbitrariedades litúrgicas.
Es necesario el encuentro con el misterio,
que no prevalezca el entretenimiento; ‘debe darse una participación activa y, al mismo tiempo, la sobriedad que facilita, también por medio del silencio, el encuentro con el misterio»…. Urge educación para la confesión y la eucaristía.

7. En el aspecto económico «debe realizarse un estudio sistemático de la situación económica y del sistema de sueldos y salarios. Tampoco resulta suficiente el ‘Ministerio del Compartir.»

8. «Urge un nuevo modelo de Iglesia para el Vicariato Apostólico de San Miguel de Sucumbíos fundamentado según las enseñanzas de Benedicto XVI y de la Conferencia de Aparecida sobre la centralidad del encuentro con Cristo.

Esto debe implicar, como primera línea de vida eclesial, la centralidad del anuncio, la recuperación del valor del ministerio sacerdotal y de la vida consagrada, la formación de un seminario local y la atención al problema económico.

Solo a partir de Cristo y de un modelo de Iglesia Jerárquica se podrá tomar de nuevo en consideración el rol de los laicos y dar el justo valor a la opción por los pobres.

El acento vibrante debe volver a centrarse sobre la fascinación del encuentro con Cristo

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NOTAS:

(1): Es digno de destacar la eventualidad de esta visita apostólica delegada por el papa (2009), pues se trataba de la segunda visita apostólica al Ecuador en su historia, recordándose aquella delegación que le fue realizada a la Iglesia de Chimborazo mientras su polémico obispo ecuatoriano, Mons. Leonidas Proaño, y su labor pastoral estuvo rodeada de informales imputaciones de tendencias heterodoxas y de instrumentalizaciones marxistas.

(2): Cuyo texto preliminar y original se estima en italiano y de fecha 13 de septiembre de 2009.